19 enero 2009

El poder regalado


Uno se pasa el día entero eligiendo, aunque no sea consciente. Nadie te obliga a ir al trabajo, lo decides tú. Nadie te obliga a ir a comer con tus viejos el domingo, lo decides tú, nadie te obliga a salir el viernes noche, lo decides tú, nadie de obliga...
Sólo te obligas tú. Sólo tú puedes decidir dejar de hacer lo que no quieres hacer. Pero es que quizá si quieras hacerlo o no. Quizá nunca lo has pensado. Quizá no eres consciente, realmente consciente, que puedes elegirlo, que puedes decidirlo. Quizá te resulta más cómodo pensar que no tienes más remedio, quizá te sirva de excusa para quejarte, quizá si dejaras de hacerlo, te darías cuenta que quieres hacerlo. Quizá si eres consciente que quieres hacerlo, te quejarías menos....

No tiene ningún sentido regalarle a nadie el poder de elegir, nuestra capacidad de decidir y controlar (lo que está en nuestras manos decidir y controlar).

Por supuesto que creo en la libertad del individuo. La libertad que uno descubre cuando acepta que siempre hay alternativas, que siempre hay opciones y que es uno el que decide qué hacer con ellas. No hay camino más difícil y al mismo tiempo más gratificante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

quizá te repites tanto algo que acabas creyéndotelo