02 julio 2007

Creer en nosotros mismos.


Hace años tuve la suerte de recorrer parte del Camino de Santiago y entre las muchas cosas que descubrí fue este texto de Rudyard Kipling:

“Si piensas que estás vencido, lo estás.
Si piensas que no te atreves, no lo harás.
Si piensas que te gustaría ganar pero no puedes, no lo lograrás.
Si piensas que perderás, ya has perdido.
Y es que muchas carreras se han perdido antes de haberlas corrido.
Y muchos cobardes han fracasado antes de haber su trabajo empezado.
Piensa en grande y tus hechos crecerán.
Piensa en pequeño y te quedarás atrás.
Piensa que puedes y podrás.
Todo está en el estado mental.
Porque la batalla de la vida, no siempre la gana el hombre más fuerte o el más ligero.
Tarde o temprano el hombre que gana es aquel que podrá hacerlo.”

Sufrí haciendo el Camino de Santiago, dolores desconocidos para mi en las rodillas y en la espalda, calor, lluvia, cuestas rompepiernas....pero llegué (llegamos) y aunque no soy creyente, entrar en la catedral, después de una larga etapa lluviosa fue uno de los momentos más emocionantes que recuerdo. Lograr lo que uno se ha propuesto es una de las sensaciones más espectaculares que hay. Lástima que tantas veces creamos que no podemos, lástima que tantas veces nos perdamos por el camino con cientos de excusas, lástima que creamos tan poco en nosotros mismos, lástima que gran parte de la vida no sepamos para qué nos levantamos cada mañana.....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cierto es que el mayor verdugo y el mayor mentor que podemos tener somos nosotros mismos.

Y cierto es tambien que a veces se hace complicado sentirse confiado y lo suficientemente fuerte como para lograr un sueño.

Aun asi, lo mejor de todo es que haya siempre quien te recuerde que merece la pena intentarlo; vosotras desde la isla y Herman Hesse en este fragmento de Demian, uno de los libros que ha marcado mi vida:

"Y me contó la historia de un muchacho enamorado de una estrella. Adoraba a su estrella junto al mar, tendía sus brazos hacia ella, soñaba con ella y le dirigía todos sus pensamientos.

Pero sabía o creía saber, que una estrella no podría ser abrazada por un ser humano. Creía que su destino era amar a una estrella sin esperanza; y sobre esta idea construyó todo un poema vital de renuncia y de sufrimiento silencioso y fiel que habría de purificarle y perfeccionarle. Todos sus sueños se concentraban en la estrella.

Una noche estaba de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando la estrella y ardiendo de amor hacia ella. En el momento de mayor pasión dio unos pasos hacia adelante y se lanzó al vacío, a su encuentro. Pero en el instante de tirarse pensó que era imposible y cayó a la playa destrozado. No había sabido amar.

Si en el momento de lanzarse hubiera tenido la fuerza de creer firmemente en la realización de su amor, hubiese volado hacia arriba a reunirse con su estrella”.

Gracias a los tres ;)