Es curioso esto del blog. Cuando termino de escribir una de las entradas, busco una foto que crea pueda ilustrarla, pero me sorprendo localizando fotos que me inspiran temas sobre los que escribir.
Y he localizado esta, de hace algunos años, cuando tenía la sana costumbre de madrugar los fines de semana para disfrutar de la naturaleza. Y aunque tengo un montón de fotos de paisajes llenos de hermosura, esta otra, me ha parecido interesante, por lo que tiene de debilidad.
El otro día hablaba con una amiga de la necesidad no solo reconocernos nuestras debilidades, sino también, en algunos momentos, de mostrarlo a los demás, de hacérselo saber.
Pero lo que es más importante no son nuestras debilidades, sino qué hacemos con ellas. Las caídas no nos definen, las caídas no nos enseñan, sólo cuando te levantas, sólo cuando decides que no te vas a quedar en el suelo (relamiéndote las heridas), es entonces, cuando descubres fortalezas que nunca habías sospechado que tuvieras. La caída puede ser fortuita, puede ser no decida por ti, pero lo que haces luego, sí. (eso es a lo que yo llamo bendita libertad)
Como he aprendido con Marina (José Antonio) en el libro “Anatomía del miedo”. La valentía no es la ausencia del miedo, sino ser capaz de actuar a pesar de él.
Nos vamos a seguir cayendo a lo largo de nuestra vida, por supuesto!!. Solo faltaba. Pero si te pudiste levantar una vez....¿Por qué no vas a ser capaz de hacerlo de nuevo?
Y he localizado esta, de hace algunos años, cuando tenía la sana costumbre de madrugar los fines de semana para disfrutar de la naturaleza. Y aunque tengo un montón de fotos de paisajes llenos de hermosura, esta otra, me ha parecido interesante, por lo que tiene de debilidad.
El otro día hablaba con una amiga de la necesidad no solo reconocernos nuestras debilidades, sino también, en algunos momentos, de mostrarlo a los demás, de hacérselo saber.
Pero lo que es más importante no son nuestras debilidades, sino qué hacemos con ellas. Las caídas no nos definen, las caídas no nos enseñan, sólo cuando te levantas, sólo cuando decides que no te vas a quedar en el suelo (relamiéndote las heridas), es entonces, cuando descubres fortalezas que nunca habías sospechado que tuvieras. La caída puede ser fortuita, puede ser no decida por ti, pero lo que haces luego, sí. (eso es a lo que yo llamo bendita libertad)
Como he aprendido con Marina (José Antonio) en el libro “Anatomía del miedo”. La valentía no es la ausencia del miedo, sino ser capaz de actuar a pesar de él.
Nos vamos a seguir cayendo a lo largo de nuestra vida, por supuesto!!. Solo faltaba. Pero si te pudiste levantar una vez....¿Por qué no vas a ser capaz de hacerlo de nuevo?
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