27 febrero 2009
El agente mindundi.
Pronto en vuestras pantallas (las del ordenador, se entiende), aparecerá el "Agente Mindundi".
26 febrero 2009
Viva el pensamiento único!!
Si te molesta que no piense como tú, háztelo mirar.
Si te molesta que no necesite el poder como tú, háztelo mirar.
Si te molesta que no comparta tus criterios, háztelo mirar.
Si te molesta que no me motive el dinero, háztelo mirar.
Si te molesta que no tenga miedito, háztelo mirar.
Si te molesta que tenga otros principios distintos a los tuyos, háztelo mirar.
Y si te molesta que escriba lo que pienso, háztelo mirar.
En serio, háztelo mirar, intuyo que puede ser grave.
Si te molesta que no necesite el poder como tú, háztelo mirar.
Si te molesta que no comparta tus criterios, háztelo mirar.
Si te molesta que no me motive el dinero, háztelo mirar.
Si te molesta que no tenga miedito, háztelo mirar.
Si te molesta que tenga otros principios distintos a los tuyos, háztelo mirar.
Y si te molesta que escriba lo que pienso, háztelo mirar.
En serio, háztelo mirar, intuyo que puede ser grave.
24 febrero 2009
Mantener las puertas abiertas.
Vivimos, dicen, en una sociedad llena de oportunidades y todos los mensajes que nos llegan es que hay que aprovecharlas todas, no cerrarte puertas. Y yo, por más que lo pienso, no le encuentro ningún sentido. No le encuentro sentido a abrir puertas y mantenerlas abiertas...así no hay manera de avanzar. Leches!!!
Así nos encontramos con aquellos o aquellas que después de haber mandado a mejor vida a sus parejas, y de haber iniciado una nueva relación quieren mantener “agarrado” al anterior, no vaya a ser que esto no salga bien. Por si acaso?? O tenemos la otra versión, aquellos que están hartos de vivir “encarcelados” en sus relaciones, y prefieren echar una canita al aire, antes de perder a su “carcelero” para siempre.
O tenemos la versión profesional, que algunos conozco, que necesitados por un cambio profesional, deciden que quieren ponerse por libre, por su cuenta y dicen que van a compatibilizarlo durante un tiempo, por si acaso no sale bien.
O aquellos que no se quieren perder ningún sarao con los amigos y al tener tantos (amigos y saraos), sienten como su tiempo “libre” cada día se parece más a la agenda de un ministro. Pero...se nos va la olla??
Nunca queremos tener la sensación de perder, pero es inevitable!!.
Yo cada día conozco más personas que viven así sus vidas y yo sólo de pensarlo, ya estoy agotada. La energía que requiere!! No lo juzgo. Cada uno decide cómo vive su vida y qué le hace feliz. Yo sólo sé, que todo ese estrés vital no es para mi.
Para mi la vida es un camino y en el caminar, en el avanzar, está implícito dejar cosas atrás. Por supuesto que uno por el camino se encuentra compañeros de viaje que le acompañan durante mucho más tiempo, pero empeñarse en volver a recuperar hasta el contacto con los compañeros de guardería a los que hace más de treinta años que no ves...no es un poco extraño??
No sé si es que este tiempo de descanso me ha dado otra perspectiva diferente del tiempo y a qué lo dedico, pero no acabo de sentirme identificada con esa corriente del mantener las puertas abiertas, de mantener el contacto con todo el que te cruzaste en la vida, ya sea profesional o en lo personal.
A mi me resulta mucho más satisfactorio y enriquecedor centrarme que dispersarse, mucho más creativo sumergirme que quedarme en la superficie, mucho menos estresante darme al 100% en lo que hago ahora mismo que estar pensando en todos los “compromisos” a los que no llego.
Mantener las puertas abiertas te distrae de tu objetivo principal y aunque resulte paradójico, siempre estaremos renunciamos a algo para mantenerlas así, abiertas.
O perdemos en cantidad, o en ....calidad. Vamos...así lo veo yo.
Así nos encontramos con aquellos o aquellas que después de haber mandado a mejor vida a sus parejas, y de haber iniciado una nueva relación quieren mantener “agarrado” al anterior, no vaya a ser que esto no salga bien. Por si acaso?? O tenemos la otra versión, aquellos que están hartos de vivir “encarcelados” en sus relaciones, y prefieren echar una canita al aire, antes de perder a su “carcelero” para siempre.
O tenemos la versión profesional, que algunos conozco, que necesitados por un cambio profesional, deciden que quieren ponerse por libre, por su cuenta y dicen que van a compatibilizarlo durante un tiempo, por si acaso no sale bien.
O aquellos que no se quieren perder ningún sarao con los amigos y al tener tantos (amigos y saraos), sienten como su tiempo “libre” cada día se parece más a la agenda de un ministro. Pero...se nos va la olla??
Nunca queremos tener la sensación de perder, pero es inevitable!!.
Yo cada día conozco más personas que viven así sus vidas y yo sólo de pensarlo, ya estoy agotada. La energía que requiere!! No lo juzgo. Cada uno decide cómo vive su vida y qué le hace feliz. Yo sólo sé, que todo ese estrés vital no es para mi.
Para mi la vida es un camino y en el caminar, en el avanzar, está implícito dejar cosas atrás. Por supuesto que uno por el camino se encuentra compañeros de viaje que le acompañan durante mucho más tiempo, pero empeñarse en volver a recuperar hasta el contacto con los compañeros de guardería a los que hace más de treinta años que no ves...no es un poco extraño??
No sé si es que este tiempo de descanso me ha dado otra perspectiva diferente del tiempo y a qué lo dedico, pero no acabo de sentirme identificada con esa corriente del mantener las puertas abiertas, de mantener el contacto con todo el que te cruzaste en la vida, ya sea profesional o en lo personal.
A mi me resulta mucho más satisfactorio y enriquecedor centrarme que dispersarse, mucho más creativo sumergirme que quedarme en la superficie, mucho menos estresante darme al 100% en lo que hago ahora mismo que estar pensando en todos los “compromisos” a los que no llego.
Mantener las puertas abiertas te distrae de tu objetivo principal y aunque resulte paradójico, siempre estaremos renunciamos a algo para mantenerlas así, abiertas.
O perdemos en cantidad, o en ....calidad. Vamos...así lo veo yo.
20 febrero 2009
Las normas sociales VS las normas mercantiles.
Creo que ya comenté hace unos meses que me estaba leyendo el libro “Las trampas del deseo” de Dan Ariely. Son esas perlas que uno descubre viendo Redes y no sé muy bien por qué lo había dejado aparcado por otras lecturas.
Uno de los capítulos titulado “El coste de las normas sociales” (con el subtítulo “por qué nos gusta hacer cosas, pero no cuando nos pagan por ello”) he encontrado respuestas a una situación personal que no acababa de entender...o mejor dicho...no acababa de encontrar una explicación (ya sabéis...soy de ciencias).
Dan Ariely nos plantea varias situaciones a modo de ejemplo para comprender por qué cuando las normas sociales chocan con las normas mercantiles aparecen los problemas. Si uno va a cenar a casa de la suegra y tras disfrutar de la comida, el vino y el postre, saca la cartera y le dice...”estaba todo buenísimo...¿qué te debo?, con 200 € será suficiente??. Se trataría de una situación cuando menos embarazosa.
O el sexo, que se puede obtener a través de las relaciones sociales (gratis) y otro mercantil donde se obtiene pagando. Uno no espera que su pareja le cobre y tampoco espera de una prostituta la promesa de amor eterno.
Vivimos simultáneamente en dos mundos distintos, uno en el que prevalece las normas sociales y otro donde las normas mercantiles marcan la pauta.
Las normas sociales incluyen peticiones amistosas que las personas se hacen unas a otras, están incorporadas a nuestra naturaleza social. Son normalmente cálidas y difusas y no requieren compensaciones inmediatas.
Las normas mercantiles, por el contrario, no son cálidas ni difusas, los intercambios están perfectamente definidos (alquiler, salario, precio, etc). No son relaciones necesariamente malas, pero implican beneficios comparables y pagos inmediatos. Vamos, que uno obtiene lo que paga. Así funciona.
Vamos, que cuando tenemos claro y mantenemos separadas las normas sociales de las mercantiles todo funciona correctamente y no como en el caso de la cena con la suegra.
En uno de los experimentos que hizo el autor formó tres grupos de estudiantes. Al primer grupo se le pidió que hiciera una serie de actividades a cambio de dinero. El segundo grupo tenía encomendada la misma actividad, pero a cambio de menos dinero y el tercer grupo, se le pedía la misma actividad como un favor, se presentó como una petición “social”.
Cuando vieron los resultados, el primer grupo tuvo mejores resultados que el segundo (como es lógico, basándose en las normas mercantiles, el grupo que más dinero recibió, más motivado y esfuerzo puso en la tarea), pero sorprendentemente o no, el tercer grupo obtuvo mejor resultado que incluso el primero. Esto al final demuestra, que las normas sociales son incluso más poderosas que el dinero.
El capítulo tiene muchos más experimentos, pero al final demuestran lo mismo. En las relaciones laborales, está más que demostrado que la gente, obviamente, trabaja por dinero, pero las normas sociales influyen de manera poderosísima en la motivación, la lealtad, la creatividad, el compromiso, la ayuda mutua, etc.
Y allí estaba yo, leyéndolo y pensando en mi situación. ¿cómo era posible que una persona que nunca había pensado en su organización sólo en términos “mercantiles” lo hiciera ahora? ¿Qué había cambiado?. Simple. Las relaciones es cosa de 2 o más. Si la otra parte quiere o necesita que esa relación sea estrictamente mercantil, a partir de ese momento, todas las normas sociales desaparecen y entonces, se mueve por dichas reglas. Ya no son difusas ni cálidas, y los intercambios están perfectamente claros. Uno obtiene lo que paga. Así de simple y....a veces.... así de triste o no.
Uno de los capítulos titulado “El coste de las normas sociales” (con el subtítulo “por qué nos gusta hacer cosas, pero no cuando nos pagan por ello”) he encontrado respuestas a una situación personal que no acababa de entender...o mejor dicho...no acababa de encontrar una explicación (ya sabéis...soy de ciencias).
Dan Ariely nos plantea varias situaciones a modo de ejemplo para comprender por qué cuando las normas sociales chocan con las normas mercantiles aparecen los problemas. Si uno va a cenar a casa de la suegra y tras disfrutar de la comida, el vino y el postre, saca la cartera y le dice...”estaba todo buenísimo...¿qué te debo?, con 200 € será suficiente??. Se trataría de una situación cuando menos embarazosa.
O el sexo, que se puede obtener a través de las relaciones sociales (gratis) y otro mercantil donde se obtiene pagando. Uno no espera que su pareja le cobre y tampoco espera de una prostituta la promesa de amor eterno.
Vivimos simultáneamente en dos mundos distintos, uno en el que prevalece las normas sociales y otro donde las normas mercantiles marcan la pauta.
Las normas sociales incluyen peticiones amistosas que las personas se hacen unas a otras, están incorporadas a nuestra naturaleza social. Son normalmente cálidas y difusas y no requieren compensaciones inmediatas.
Las normas mercantiles, por el contrario, no son cálidas ni difusas, los intercambios están perfectamente definidos (alquiler, salario, precio, etc). No son relaciones necesariamente malas, pero implican beneficios comparables y pagos inmediatos. Vamos, que uno obtiene lo que paga. Así funciona.
Vamos, que cuando tenemos claro y mantenemos separadas las normas sociales de las mercantiles todo funciona correctamente y no como en el caso de la cena con la suegra.
En uno de los experimentos que hizo el autor formó tres grupos de estudiantes. Al primer grupo se le pidió que hiciera una serie de actividades a cambio de dinero. El segundo grupo tenía encomendada la misma actividad, pero a cambio de menos dinero y el tercer grupo, se le pedía la misma actividad como un favor, se presentó como una petición “social”.
Cuando vieron los resultados, el primer grupo tuvo mejores resultados que el segundo (como es lógico, basándose en las normas mercantiles, el grupo que más dinero recibió, más motivado y esfuerzo puso en la tarea), pero sorprendentemente o no, el tercer grupo obtuvo mejor resultado que incluso el primero. Esto al final demuestra, que las normas sociales son incluso más poderosas que el dinero.
El capítulo tiene muchos más experimentos, pero al final demuestran lo mismo. En las relaciones laborales, está más que demostrado que la gente, obviamente, trabaja por dinero, pero las normas sociales influyen de manera poderosísima en la motivación, la lealtad, la creatividad, el compromiso, la ayuda mutua, etc.
Y allí estaba yo, leyéndolo y pensando en mi situación. ¿cómo era posible que una persona que nunca había pensado en su organización sólo en términos “mercantiles” lo hiciera ahora? ¿Qué había cambiado?. Simple. Las relaciones es cosa de 2 o más. Si la otra parte quiere o necesita que esa relación sea estrictamente mercantil, a partir de ese momento, todas las normas sociales desaparecen y entonces, se mueve por dichas reglas. Ya no son difusas ni cálidas, y los intercambios están perfectamente claros. Uno obtiene lo que paga. Así de simple y....a veces.... así de triste o no.
19 febrero 2009
Lo que no está en nuestras manos.
Leo en el periódico unas declaraciones del entrenador del Real Madrid que dice que no puede hacer jugar mal al Barcelona. Y es cierto. Lo que está en sus manos es trabajar para que juegue y gane su equipo. Poco más. Y eso me recuerda a una conversación que tuve ayer con una compañera (o excompañera, todavía no sé si estoy o no despedida) de trabajo. Hablábamos de centrarnos en lo que está en nuestras manos. Yo no puedo evitar que cada uno actúe como lo hace, así que es mejor no malgastar ni una “mijita” de mi energía en ello. Centrarme en lo que Covey llama círculo de influencia y no en el de preocupación.
Hacerlo no necesariamente implica que las cosas salgan como deseo, pero desde luego no mantengo mi mente ocupada en cuestiones que no dependen de mí y que sólo provocan inseguridad, malestar, cabreo e insomnio.
Así que...vuelvo a dormir a pierna suelta. Qué gusto!!!
Hacerlo no necesariamente implica que las cosas salgan como deseo, pero desde luego no mantengo mi mente ocupada en cuestiones que no dependen de mí y que sólo provocan inseguridad, malestar, cabreo e insomnio.
Así que...vuelvo a dormir a pierna suelta. Qué gusto!!!
09 febrero 2009
Vaya semanita!!!
Hacía tiempo que no tenía insomnio, hacía tiempo que no me pasaba las noches tratando de evitar imaginarme conversaciones que irremediablemente nunca serán como me las imagino, y sorprendiéndome porque intentando sacar rabia sólo consigo cansarme y aburrirme.
Desde hace una semana negocio mi despido. Ya me han dicho...o eso o una incorporación muy dura. Pues ya ves. Y sólo sale indiferencia. Sólo un profundo aburrimiento y hastío. En fin. Pronto acabará y haremos una fiesta, junto con todos los que se han marchado hartos de la mediocridad y las formas autoritarias o los que han sido despedidos por no plegarse tan fácilmente. Nos reiremos mucho, seguro.
Pero esas han sido las obligaciones....mientras...disfruto y mucho de participar en los preparativos de lo que será la boda del año!!!, al menos para mi. Jorge se nos casa!!! Y de volver a encontrarme con Miguel después de no sé cuanto años y que tras ponernos al día, es como si recuperáramos el espíritu de JEA y de nuestras pellas culturales por el Reina. O disfrutando de una cena italiana con aires europeos, franceses, irlandeses, italianos y españoles y comprobar que nuestros países no se parecen en nada, pero nosotros sí. Y qué decir de lo mucho que disfruté el sábado con estherilla y su manera de hacernos más conscientes de lo que somos, tenemos y necesitamos. Así de simple y así de complejo. Y todo aderezado con un domingo cumpleañero lleno de emociones. Algunas dolorosas, que no hacen sino provocar que me sitúe donde debo estar, y no es en ningún otro sitio que con la gente que quiero.
Vaya semanita!!!
Desde hace una semana negocio mi despido. Ya me han dicho...o eso o una incorporación muy dura. Pues ya ves. Y sólo sale indiferencia. Sólo un profundo aburrimiento y hastío. En fin. Pronto acabará y haremos una fiesta, junto con todos los que se han marchado hartos de la mediocridad y las formas autoritarias o los que han sido despedidos por no plegarse tan fácilmente. Nos reiremos mucho, seguro.
Pero esas han sido las obligaciones....mientras...disfruto y mucho de participar en los preparativos de lo que será la boda del año!!!, al menos para mi. Jorge se nos casa!!! Y de volver a encontrarme con Miguel después de no sé cuanto años y que tras ponernos al día, es como si recuperáramos el espíritu de JEA y de nuestras pellas culturales por el Reina. O disfrutando de una cena italiana con aires europeos, franceses, irlandeses, italianos y españoles y comprobar que nuestros países no se parecen en nada, pero nosotros sí. Y qué decir de lo mucho que disfruté el sábado con estherilla y su manera de hacernos más conscientes de lo que somos, tenemos y necesitamos. Así de simple y así de complejo. Y todo aderezado con un domingo cumpleañero lleno de emociones. Algunas dolorosas, que no hacen sino provocar que me sitúe donde debo estar, y no es en ningún otro sitio que con la gente que quiero.
Vaya semanita!!!
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