19 enero 2009
El poder regalado
Uno se pasa el día entero eligiendo, aunque no sea consciente. Nadie te obliga a ir al trabajo, lo decides tú. Nadie te obliga a ir a comer con tus viejos el domingo, lo decides tú, nadie te obliga a salir el viernes noche, lo decides tú, nadie de obliga...
Sólo te obligas tú. Sólo tú puedes decidir dejar de hacer lo que no quieres hacer. Pero es que quizá si quieras hacerlo o no. Quizá nunca lo has pensado. Quizá no eres consciente, realmente consciente, que puedes elegirlo, que puedes decidirlo. Quizá te resulta más cómodo pensar que no tienes más remedio, quizá te sirva de excusa para quejarte, quizá si dejaras de hacerlo, te darías cuenta que quieres hacerlo. Quizá si eres consciente que quieres hacerlo, te quejarías menos....
No tiene ningún sentido regalarle a nadie el poder de elegir, nuestra capacidad de decidir y controlar (lo que está en nuestras manos decidir y controlar).
Por supuesto que creo en la libertad del individuo. La libertad que uno descubre cuando acepta que siempre hay alternativas, que siempre hay opciones y que es uno el que decide qué hacer con ellas. No hay camino más difícil y al mismo tiempo más gratificante.
17 enero 2009
Delgada línea roja
A veces el más profundo cambio o evolución que podemos hacer es “ser” más, si cabe, uno mismo. Uno no puede dimitir de lo que es. No hay nada más satisfactorio que la autenticidad.
Eso se transmite por los poros, se refleja en la mirada, en el cuerpo. Cuando uno es capaz de, pese a quien le pese, guste a quien guste, joda a quien joda, ser uno mismo, todo lo demás, fluye, confluye o se evapora.
No dejes que nadie te juzgue, no permitas que nadie te diga quien eres, que nadie te defina, ni te coloque en un lugar u otro de la delgada línea roja.
13 enero 2009
Regrese o no...
En todas las facetas de la vida, la personal, familiar, profesional, estamos rodeados de personas y acontecimientos que hacen que nuestra vida, tal y como la tenemos ahora, cambie, se transforme.
A veces esos cambios no se producen por nosotros o hacia nosotros, simplemente las circunstancias cambian y uno tiene que adaptarse. Si mis padres deciden irse a vivir a la playa, yo tendré que aceptar su decisión y adaptarme al cambio (viajar más, modificar mi forma de relacionarme con ellos, asumir que no tendré operación tupper los domingos o quizá mi reacción sea, pues ahí se quedan, se marchan, me abandonan, no quiero saber nada de ellos o quizá, si les respeto poco o no soy capaz de aceptar que se ha producido un cambio, quizá intente que cambien de opinión).
Quizá el ejemplo sea absurdo o simple, pero muchas veces, nuestra mirada influye a la hora de abordar el problema. Una decisión que otros tomaron para mejorar su vida, a mi me influye y me afecta, depende de mi, mirarla y analizarla de una manera u otra y por tanto actuar en consecuencia.
También sucede algo parecido en las organizaciones. Muchos cambios es producen porque los que toman las decisiones consideran que es lo mejor (motivaciones pueden ser varias, porque es lo mejor para la organización, porque es lo mejor para mantener el status quo, porque es lo mejor para renovar el equipo, porque es lo mejor para acallar las críticas...en fin). Uno puede tomarse las decisiones como quiera, pero en definitiva, hay que asumirlas y adaptarse al cambio, actuar y asumir las consecuencias.
Cuando decidí coger un tiempo de excedencia en el lugar que trabajaba, fue principalmente porque me sentí sin fuerzas para adaptarme al cambio. Más allá de compartirlo o no, de consideraciones sobre si se equivocaban o no, no tenía fuerzas para adaptarme a otro cambio. Venía de un proceso de aclimatación largo, duro y complejo a nivel personal y no me sentí con fuerzas suficientes. Por eso, decidí alejarme, descansar y tomar distancia.
Las cosas han cambiado allí dentro y posiblemente no se parezca en nada a la organización de la que me enamoré, de aquél lugar donde había escasez de dinero, pero lo suplíamos con mucha creatividad, humor, trabajo, esfuerzo y talento. Quizá no se parezca en nada? Seguro. Pero, una vez asumido eso, una vez que uno se ha dado cuenta que el cambio se ha producido, que lo que fue, no volverá, no hay pena, ni desilusión, ni enfado, ni rabia, ni desencuentro. Sólo queda el recuerdo. Por eso, ahora, es mucho más fácil la decisión. Regrese o no, sé que aquello se ha muerto. Regrese o no, sé que lo haré a un lugar completamente diferente, preparada para empezar de cero. Regrese o no.
06 enero 2009
Stand by me
Playing For Change: Song Around the World | Stand By Me from Concord Music Group on Vimeo.
Ya me ha llegado este video por diferentes vias y hoy, el día de reyes, toca regalarlo.
Se trata de un proyecto o un movimiento, Playing por Change, donde pretenden inspirar, conectar y traer paz en el mundo a través de la música. No son bonitas palabras...son hechos, acciones.
La canción es brutal. Disfrutala!!!
02 enero 2009
No borrar las huellas.
Quizá los más observadores se hayan dado cuenta que el blog tiene "nuevas" entradas, pero son en realidad, "viejas". Simplemente he decidido compartir lo que en otro blog escribí hace tiempo.
Al final uno es fruto de su pasado. No es necesario borrar las huellas para iniciar un nuevo camino y por eso ahi están. No es un intento de "recuperar" nada. Simplemente mostrar que nada empieza de cero.
Al final uno es fruto de su pasado. No es necesario borrar las huellas para iniciar un nuevo camino y por eso ahi están. No es un intento de "recuperar" nada. Simplemente mostrar que nada empieza de cero.
El 2009 ya está aquí
El 2009 ya está aquí y sin darnos casi cuenta, ya ha pasado otro año por nuestras vidas o quien sabe...quizá nuestras vidas pasaron por el año.
Es típico que en estas fechas nos hagamos propósitos, que soñemos, que pidamos deseos,...en fin...cada uno lo llama como quiere. La cosa es que una cosa es desear cambiar y otra muy distinta hacerlo.
Comparto en gran parte la idea que escribe Yoriento sobre los pequeños cambios, los cambios de tu vida cotidiana y no obsesionarse con los cambios radicales. Es evidente que no es necesario matar moscas a cañonazos y que muchas veces no nos damos cuenta que si nos molesta la mosca, quizá con abrir la ventana.....
Creo que hay momentos en tu vida que es necesario un cambio profundo, incluso doloroso, pero también creo que esos cambios no se realizan de un día para otro. Hay personas que quieren dar un giro a su vida y lo hacen tan fuerte...que dan un giro de 360º, vamos...que vuelven a la misma posición. Quizá con una pareja distinta, quizá con otro trabajo, quizá con una vuelta al mundo entre medias...pero vuelven al mismo lugar. Mismo perro, con distinto collar.
Creo que cuando uno cumple unos años, si los ha vivido y reflexionado, aprende que son los pequeños pasos, los pequeños logros los que te hacen sentirte satisfecho, los que te hacen avanzar. No es necesario ir muy rápido, simplemente, no dejar de andar. Con el tiempo, haciendo balance, mirando hacia atrás, uno se da cuenta que ha cambiado mucho, casi sin percatarse. Y lo importante, en este caso, es que te guste lo que ves.
Vivimos en la sociedad del inconformismo, por eso hablamos tanto de cambio. Aunque a mi me preocupa que vivamos en la sociedad de la insatisfacción.
Es típico que en estas fechas nos hagamos propósitos, que soñemos, que pidamos deseos,...en fin...cada uno lo llama como quiere. La cosa es que una cosa es desear cambiar y otra muy distinta hacerlo.
Comparto en gran parte la idea que escribe Yoriento sobre los pequeños cambios, los cambios de tu vida cotidiana y no obsesionarse con los cambios radicales. Es evidente que no es necesario matar moscas a cañonazos y que muchas veces no nos damos cuenta que si nos molesta la mosca, quizá con abrir la ventana.....
Creo que hay momentos en tu vida que es necesario un cambio profundo, incluso doloroso, pero también creo que esos cambios no se realizan de un día para otro. Hay personas que quieren dar un giro a su vida y lo hacen tan fuerte...que dan un giro de 360º, vamos...que vuelven a la misma posición. Quizá con una pareja distinta, quizá con otro trabajo, quizá con una vuelta al mundo entre medias...pero vuelven al mismo lugar. Mismo perro, con distinto collar.
Creo que cuando uno cumple unos años, si los ha vivido y reflexionado, aprende que son los pequeños pasos, los pequeños logros los que te hacen sentirte satisfecho, los que te hacen avanzar. No es necesario ir muy rápido, simplemente, no dejar de andar. Con el tiempo, haciendo balance, mirando hacia atrás, uno se da cuenta que ha cambiado mucho, casi sin percatarse. Y lo importante, en este caso, es que te guste lo que ves.
Vivimos en la sociedad del inconformismo, por eso hablamos tanto de cambio. Aunque a mi me preocupa que vivamos en la sociedad de la insatisfacción.
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