14 agosto 2008

Desear...


No es lo que sucede, en sentido estricto, lo que a uno le hace sentirse bien o mal, sino lo cerca o lejos que está de lo que uno esperaba o deseaba.

Por eso, cuando le cuentas a un amigo que te sientes jodida, triste o malhumorada y le explicas lo que te ha pasado...te dice...y eso es todo?? y por eso estás así??. Quizá lo que no sepa es que tú deseabas algo completamente diferente, mejor, que te habías imaginado en tu cabeza otra cosa. Porque una cosa es lo que te sucede y otra muy distinta el significado que le das. Pero me estoy liando...no era de esto exactamente de lo que quería hablar hoy...yo quería explicar que no es sorprendente que tu amigo no supiera tus expectativas previas, sino que ni tú mismo las conocías (o reconocías).

No me digáis que soy un bicho raro y sólo me pasa a mí. Es uno (entre un millón) de mis “pequeños” retos para este año sabático (y sucesivos, aunque no sean sabáticos), retos que no tengo programados ni planificados, sino que me voy poniendo en función de las cosas que quiero cambiar, mejorar, disfrutar, investigar.....

Vuelvo a perderme...a ver si me centro. Lo que quiero decir es que me descubro decepcionándome con deseos o expectativas no cumplidas, con deseos o ilusiones que no me había reconocido a mi misma que lo fueran. Así mejor??

Y es entonces cuando se produce ese choque de trenes que nos cuesta comprender. Cuando uno se siente incómodo en su propio traje (me acuerdo de un post de Yoriento de hace unos días). Cuando uno se reconoce que eso no es lo que realmente quería, que una cosa es que lo se había dicho a si mismo y a los demás (para ser correcto, para no ilusionarse, no vaya a ser que fracase, para no intentarlo, para no sufrir, para no arriesgar, para no mostrarse demasiado, para no quedar en evidencia) y otra muy distinta lo que en el fondo, en lo más profundo, hubiera sido maravilloso que sucediera.

Pues eso...que de un tiempo a esta parte no hago otra cosa que reconocerme, reconocerme a mi misma cuales son, en el fondo, mis deseos, mis ilusiones. Y sé, que el siguiente paso será que los demás no tengan que adivinarme, sino ser capaz de desprenderme de miedos y corazas y no temer al fracaso.

Tengo la sospecha que no debe haber cosa peor que tener que soñar un pasado que no sucedió, así que...ese será mi fracaso, el no intentarlo, el no provocar que las cosas sucedan, el no soñar despierta, el no desear.

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